martes, 20 de diciembre de 2011

La última niebla (María Luisa Bombal)


Una mujer contrae vínculo nupcial con su primo, Daniel, quien enviudó hacia menos de un año de su primera mujer. Ellos sienten que conocen bastante un del otro por lo cual no hay nada más que arreglar respecto a su matrimonio.
Al tiempo, una noche, mientras todos duermen la mujer se siente agobiada y con un dolor que no le permite conciliar el sueño, por lo cual sale caminar sin rumbo exacto; mientras caminaba entre la niebla encuentra una pequeña plaza, allí se sienta por un instante; de pronto un hombre se posa frente a ella, quien no comprende que sucede; pero se levanta y lo besa. Ambos corren hasta introducirse a una casa donde desatan su pasión. Ella desconoce todo de su amante y juró jamás contar lo ocurrido aquella noche.



Al paso de los años sigue fantaseando con un nuevo encuentro con aquel hombre. Mientras cada vez lo sentía más cerca.
Por el contrario de lo ocurrido con su amante, su esposo,  Daniel, no se acercaba a ella para acariciarle, pero una noche dio un vuelco a esa realidad intentando volver a ser como antes. Él siempre quiso que ella se pareciese a su primera mujer. Sintió que a causa de esto traicionó a su amante; para poder recordarlo escribía y luego quemaba aquellas cartas concluyendo así que aquel hombre fue solo un amor entre la niebla. 
El tiempo transcurre, encontrándose todo con normalidad, una noche divisa a su amante y desea salir a su encuentro, avisando a Daniel que saldría un momento pero este muy sorprendido le dice que ella jamás sale tarde. Le recuerda que años atrás en la ciudad salió. Él le explica que aquella noche bebió en exceso y que todo era parte de su imaginación.
Una madrugada, arribó un telegrama con malas noticias; la esposa de un familiar estaba en el hospital, grave. Por lo cual viajaron a la ciudad después de mucho tiempo. Surge, en nuestra protagonista, la esperanza de encontrar la casa donde estuvo con su amante. Siente celos de Regina, su cuñada, quien pudo gozar cada momento que desease al lado de su amante. Para reconfortar su pena sale en busca del camino correcto donde estuvo con su el hombre de sus sueños.
Nuevamente en el hospital se da cuenta que lo miraba sin verlo, encuentra a Daniel más viejo; y asegura que la muerte ya no es un tema natural para alguien que la vida ha transcurrido con tanta pasividad y prefiere sonreír por deber, para vivir correctamente, para morir correctamente, en el momento indicado

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